Las Cuevas De Talgua
Las cuevas de Talgua se encuentran en la Sierra de Agalta, en el municipio de Catacamas, Olancho. En la cuenca del Río Talgua pueden hallarse varios sitios arqueológicos, testigos de los múltiples asentamientos humanos en esa zona desde casi tres mil años.
Es a veces conocida como "La Cueva de las Calaveras brillantes" debido a la forma en que la luz se refleja de los depósitos de calcita que se encuentran en los restos óseos depositados allí. El sitio ha ganado el interés de los arqueólogos que estudian los entierros en cuevas de Centroamérica y de Mesoamérica como uno de los principios más amplios de las Preclásico medio (1000-900 antes de cristo). Ofrece muchas pistas valiosas sobre cómo los habitantes de la Cueva de Talgua pudieron haber formado un importante vínculo entre la Mesoamérica precolombina y las partes más al sur y el este de América Central, e inclusive extenderse a las sociedades en el norte de América del Sur y los Andes.
Uno de los aspectos más interesantes proviene del hecho de que la región de Talgua esta situada sobre la frontera entre las dos grandes zonas de la cultura americana: mesoamericana y la andina o sudamericana.
RESEÑA HISTORICA
En abril de 1994, dos resueltos exploradores dejaron atrás al pequeño grupo que había decidido internarse en las profundidades de las Cuevas de Talgua.
Luchando contra la poderosa corriente subterránea, brazo del río Talgua, los aventureros avanzaron durante varias horas para llegar, finalmente, a lo que parecía un túnel de regulares dimensiones. Para su sorpresa, acomodados en diferentes sitios, se encontraban una gran cantidad de huesos humanos y cerca de dos docenas de vasijas.
El descubrimiento del cementerio dentro de Talgua pronto atrajo la atención de la ciencia. Investigadores nacionales y extranjeros se dieron a la tarea de desentrañar los secretos que ocultaban los restos humanos.
Cuando las placas tectónicas se levantaron, numerosas corrientes subterráneas quedaron atrapadas, buscando una salida. Con el paso de miles y miles de años perforaron las rocas, creando cuevas como las de Talgua. Esto nos explica su creación, pero, ¿cómo llegaron los esqueletos ahí?
En toda América, numerosos grupos indígenas precolombinos consideraban las cuevas como puertas naturales al mundo de los dioses y los muertos. Eran sitios sagrados y no era extraño que se usaran como puntos de adoración o cementerios secundarios.
Además, estudios realizados en algunos de los huesos determinaron que no era el maíz la base principal de la alimentación, algo que se acerca más a los patrones de Sudamérica.
Sin embargo, lo que más atrajo la mirada de los estudiosos fue el brillo que reflejaban los huesos al ser iluminados. Pronto se descubrió que los mismos estaban cubiertos por siglos de calcita, mineral disuelto de la roca por el agua y que sirvió para proteger y conservar las osamentas. Además, sirvió para que ahora recibieran nombres populares como "Las calaveras brillantes de Talgua"
.
Bien iluminado y con una temperatura muy agradable, la visita les mostrará la Honduras de los primeros tiempos.
El Osario de la Cuevas de Talgua
Entre todos los descubrimientos que han sorprendido a esta región esta el osario de las cuevas de Talgua. La importancia de este enterramiento es que en Honduras se han descubierto pocas cuevas funerarias del periodo prehispánico, y estas son las primeras cuevas del país en ser investigadas científicamente.
El descubrimiento se llevo a cabo en abril de 1994 por Jorge Yanez y Desiderio Reyes. Trepando por una pared de casi 30 pies de altura, a la luz de sus linternas pudieron divisar cientos de huesos humanos y varios restos de vasijas.
Algunas de las osamentas han sido preservadas por una capa de calcio resplandeciente, depositada por casi un milenio por el agua que todavía se filtra por las paredes de piedra caliza de la cueva. Este es el fenómeno luminoso que encierra las cuevas de Talgua: los cristales de calcita brillan a la luz, dando lugar al nombre de “Calaveras Luminosas”. Parte de la historia puede encontrarse en el Museo.
A través de la Cueva corre el río Talgua tributario del río Guayape que es a su vez afluente del río Patuca.
Datos Relevantes:
Extensión: 132.5 km2
Localización: En el extremo sur de la Sierra de Agalta
Delimitacion: Si
Manejo: Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH)
Acceso: Desde Catacama buen acceso. Unos 20 minutos.
Visitantes: A las cuevas , unos 30.000 visitantes/ año, el 85% nacionales (mayoritariamente
estudiantes)
Entrada: L 20 nacionales, $ 5 extranjeros
Localización: En el extremo sur de la Sierra de Agalta
Delimitacion: Si
Manejo: Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH)
Acceso: Desde Catacama buen acceso. Unos 20 minutos.
Visitantes: A las cuevas , unos 30.000 visitantes/ año, el 85% nacionales (mayoritariamente
estudiantes)
Entrada: L 20 nacionales, $ 5 extranjeros
Atractivos
Paisaje, formaciones geomorfológicas, restos arqueológicos, valores botánicos, fauna y río.
El parque tiene dos cuevas que los visitantes pueden explorar: la cueva de abajo y la cueva grande. La cueva abajo ha sido desarrollada para uso extensivo, y tiene un sistema de luz y un sendero distinto. Hay buenos ejemplos de formaciones comunes que todavía están creciendo como estalactitas, estalagmitas, columnas, cortinas, piedra del flujo y tocino. Se requiere el acompañamiento de un guía. Una gira normal dura entre 30-45 minutos.
Paisaje, formaciones geomorfológicas, restos arqueológicos, valores botánicos, fauna y río.
El parque tiene dos cuevas que los visitantes pueden explorar: la cueva de abajo y la cueva grande. La cueva abajo ha sido desarrollada para uso extensivo, y tiene un sistema de luz y un sendero distinto. Hay buenos ejemplos de formaciones comunes que todavía están creciendo como estalactitas, estalagmitas, columnas, cortinas, piedra del flujo y tocino. Se requiere el acompañamiento de un guía. Una gira normal dura entre 30-45 minutos.
Un viaje hasta la cueva grande, más arriba, es una manera excelente para entrar en Sierra de Agalta y también provee una oportunidad para ver la vida silvestre del parque. La cueva grande no tiene la misma infraestructura como la cueva abajo. No hay luz, por lo que hay que alumbrarse con linternas. Además, no hay senderos. La cueva grande es más vieja que la cueva de abajo y por eso muchas de las formaciones sufren colapso. El contraste entre las dos cuevas es una buena experiencia educativa acerca del ciclo de vida de cuevas. La visita puede durar dos o tres horas y es recomendable la compañía de un guía.
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