miércoles, 21 de agosto de 2013

El Boqueron




A 16 kms. de Catacamas surge primera “capital” de Olancho.
Tomando en cuenta las magníficas condiciones geográficas de , una de las ciudades mejor ubicadas de Honduras, sobre una vasta planicie protegida por montañas al Catacamas norte y oeste y situdada a orillas de su otrora caudaloso río, que desembocaba en el Guayape, surge la pregunta de por qué los españoles no fundaron aquí “la capital” del departamento de Olancho.

La respuesta al parecer está en la fachada de la Iglesia San Francisco de Asís, de Catacamas.- En el centro, a menos de dos pies bajo el nicho con la escultura del santo patrón, destacan en alto relieve las figuras de dos leones -que simbolizan el Imperio Hispano-, de unos tres pies de largo, separados por una cruz de brazos iguales, bordeada por un círculo de unos 30 Cms de diámetro; lo curioso es que cada figura sostiene un gran puro en la boca, lo cual significa, según la tradición, un pacto de no agresión y de paz entre los españoles, representados en los leones, y los indígenas de Catacamas, ya que el tabaco era propio del hombre americano.
En Honduras, sólo el edificio de la Audiencia de Los Confines de la ciudad de Gracias, Lempira, construido en 1544, tiene en alto relieve las figuras de dos leones, arriba de la puerta principal, pero sin puros en la boca.


Considerando que los colonizadores respetaron los derechos de los indígenas, escogieron para establecer su ciudad una preciosa planicie, “amurallada” por la naturaleza, situada a sólo 16 kms. al oeste de Catacamas.- En 1540 fundaron allí la Villa de San Jorge de Olancho, ubicada según la tradición justo al pie de la Montaña El Boquerón, que entonces se erguía majestuosa al norte y se extiende desde ese punto al Este y el Oeste.
En una relación de las ciudades de Honduras durante la colonia, realizada en la década de 1570, se describe así este lugar: “La Villa de San Jorge de Olancho, 40 leguas de Comayagua, al oriente, de cuarenta vecinos y en su comarca como diez mil indios tributarios y mucho oro, principalmente en el Río Guayape, doce leguas de esta villa…”
San Jorge de Olancho, cabecera de Olancho, El Viejo, era inmensamente rico: Se dice que los objetos usados por sus habitantes eran en su mayor parte de oro, incluso los frenos y espuelas utilizados para cabalgar.


Al observar El Boquerón da la impresión de que la montaña se abrió, por presión quizá de algún estanque formado a causa de un copioso invierno y que, en consecuencia, un alud de lodo, piedras y agua habría arrasado con la Villa de San Jorge de Olancho, como ocurrió con la ciudad de Choloma, Cortés, cuando azotó el Huracán Fifí.
Sin embargo, no existe duda sobre la existencia de San Jorge de Olancho.- El norteamericano William V. Wells escribió en su libro “Viajes y Exploraciones en Honduras”, publicado en 1857, que la ciudad de Juticalpa “no es tan antigua como la vieja capital de esta rica región centroamericana de la cual solo sus ruinas existen para denotar su anterior importancia. Estas ruinas están situadas al pie del Monte Boquerón, en el Río de Olancho, hacia Catacamas…”, describió.











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