Cuevas de Taulabé
Las Cuevas de Taulabé son parte de un sistema de grutas naturales que se esparcen por todo el municipio de Taulabé, un rico poblado ubicado en el kilómetro 140 de la carretera que une San Pedro Sula con Tegucigalpa. A pesar de haber sido descubiertas desde 1969, fue hasta años recientes que realmente se han acondicionado para recibir visitantes de forma segura.
Como muchas cuevas, el interior de Taulabé es húmedo y caluroso. Gracias a los juegos de luces que se han instalado, el visitante goza de un escenario casi mágico, donde la admiración por la naturaleza se funde con un silencioso respeto. Aunque se desconoce la longitud total de la cueva, muchas personas han llegado a calcular varios kilómetros su profundidad
. Sin embargo, nadie sabe este dato con exactitud, ni qué tan peligrosa puede ser.
Afortunadamente, para cualquier persona es fácil recorrer los primeros trescientos metros que han sido acondicionados para el turismo. Si desea recorrer trescientos metros adicionales a los primeros, podrá contratar el servicio de un guía en el área por un precio módico.
En ese recorrido, que lleva aproximadamente unos cuarenta minutos, uno puede apreciar las maravillosas figuras que ha esculpido el agua en la roca caliza. Estalactitas y estalagmitas se han creado a lo largo de miles de años, con formas que ahora identificamos como el “Ala de Ángel” o “El Buda”.
Uno de los aspectos más interesantes proviene del hecho de que la región de Talgua esta situada sobre la frontera entre las dos grandes zonas de la cultura americana: mesoamericana y la andina o sudamericana.
Las cuevas de Talgua se encuentran en la Sierra de Agalta, en el municipio de Catacamas, Olancho. En la cuenca del Río Talgua pueden hallarse varios sitios arqueológicos, testigos de los múltiples asentamientos humanos en esa zona desde casi tres mil años.
Pero de entre todos los descubrimientos que han sorprendido a esta región esta el osario de las cuevas de Talgua. La importancia de este enterramiento es que en Honduras se han descubierto pocas cuevas funerarias del periodo prehispánico, y estas son las primeras cuevas del país en ser investigadas científicamente
Sabemos poco sobre el origen y formación de las cuevas, cavernas y oquedades o abrigos en las rocas, pero los estudiosos han podido determinar con certeza, que para muchas de las culturas indígenas precolombinas, estos monumentos naturales no sólo servían de refugio o habitación. También tenían una connotación religiosa y es que, para ellos, las cuevas eran puertas o entradas al Inframundo; ese mundo subterráneo en donde vivían los muertos, los monstruos y los dioses de la oscuridad. Por ello, es muy común encontrar en ellas, vasijas u otras ofrendas fúnebres depositadas por los dolientes de algún difunto.
De hecho, a finales de los años ochenta, un servidor junto con Erasmo Sosa, Baudelio Flores y Edgardo Flores, encontramos cuatro vasijas policromas, muy escondidas bajo una pared lateral en las cercanías del "Ala de Ángel".
Las piezas fueron entregadas al Instituto Hondureño de Antropología e Historia y el hallazgo fue registrado en el video documental "Joyas de la Oscuridad", que se puede encontrar en el Centro de Recursos Audiovisuales de la Unah.
Las Cuevas de Taulabé son Monumento Natural de la Nación. Vale la pena visitarlas e internarse en un mundo muy pocas veces visto. La entrada tiene un precio realmente accesible para todo público, pero conocerlas, simplemente no tiene precio.
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